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  • Foto del escritorgraciarjona

Día 5 y 6 Pamplona y Alto del Perdón.

Actualizado: 10 mar 2019

Aquí estoy, dos días después. El hecho de estar relajada no quiere decir aburrida, no he parado y ahora tengo que intentar ordenar pensamientos e imágenes en mi memoria para darle el orden cronológico. Hay dos momentos importantes uno de ayer y otro de hoy: entrada en Pamplona y subida al Alto del Perdón. La jornada que nos queda es, desde el papel , la más fácil. Todos los puntos más altos están ya superados.

Salimos ayer para una jornada en principio sin mucho que destacar, íbamos ya a entrar en Pamplona y no me esperaba muchos inconvenientes. Pero tuve dos: una ampolla en un dedo que me tiene bastante fastidiada y el terrible calor que pasamos. Calor primaveral vestida con ropa térmica. Un despropósito. Y ¿Lo mejor para el calor? Beber agua. Pero ¿Cómo bebes agua sin saber cuándo podrás encontrar un baño? Si, no era una situación agradable. Así que entre el pie y el calor la jornada se me hizo algo pesada. Pero se completó. Conseguí entrar en la ciudad tal y como había esperado hacer desde hacía muchos años. No es Pamplona una ciudad cualquiera para mí. Ya lo dice Blaise Pascal :”El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Me siento muy feliz cuando estoy aquí. Es la tercera vez que vengo y espero sinceramente que no sea la última. Tienen algo estas calles y su gente para que me parezca estar en casa cuando llego. Por eso cruzar ayer el casco viejo y hoy salir otra vez por estas calles me ha parecido un escenario de película.

La jornada de hoy en cuanto al camino ha sido la más dura. El pie me duele mucho. Hoy no hacía calor además elegí bien la ropa con lo que he podido caminar mejor. Pero el terreno, ¡ay! el terreno. Se llama el Alto del Perdón, pero si subirlo me ha costado lo que ha sido peor es bajarlo. Es como si te dijesen: has hecho examen de conciencia pero por si te has dejado algo atrás aquí tienes esta bajada infernal como penitencia. Sabía que hasta el siguiente pueblo había más de tres kilómetros. Pues bien gran parte es un terreno pedregoso, con piedras grandes y pequeñas que hacen desniveles y te doblas los tobillos o resbalas. Ha habido momentos en los que no podía dejar de pensar que era una especie de broma pesada o cámara oculta.

El resto del camino con los pies doloridos por la bajada y el problema de la ampolla ha sido bastante tedioso.


Ya ha comenzado el paisaje a cambiar. El bosque da paso a cultivos, el camino atraviesa por zonas llanas con pequeñas ondulaciones fáciles para caminar y preciosas para la vista. Cuando dejas atrás la zona metropolitana podrías estar perfectamente en los campos que han visto crecer a mi familia en el norte de Málaga. La sierra del Perdón corta el paisaje, pinchada de molinos de viento. Ya no hay agua en cada recodo. He estado pensando sobre el hacer el camino en verano y a las 12 de medio día verdaderamente debes estar ya descansando en el sitio elegido. Si no el calor lo hará imposible, el que durante años se haga así no es casualidad.

Me dejo cosas en el tintero. Cuando esté en Málaga y revise las fotos seguro que os puedo contar más detalles

Por hoy se queda aquí.




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