top of page
Buscar
  • Foto del escritorgraciarjona

El ratón y la calabaza.

Actualizado: 29 may 2022


La meteorología permite conocer con días de antelación cuándo tienes que sacar el chubasquero y cuando proveerte de leña y alimentos. Nosotros también tenemos un cielo al que a veces podemos mirar y ver negros nubarrones que nos ponen sobre aviso de posibles lluvias, pero otras veces de la forma mas abrupta se genera un ciclón y te pone toda la ropa empapada.

El hilo conductor de la tormenta puede ser cualquier cosa, una simple foto por la que pasas de refilón en tus redes sociales atrae una tremenda polvareda sin que puedas hacer nada por proteger tus ojos y tu nariz del vendaval que se ha levantado.

Llevas toda la vida planeando, aunque hasta el último momento en el que el tiempo de su última palabra no puedes tener la certeza de que tus planes se van a cumplir tal y como los has imaginado, como esas bodas al aire libre con una carpa de repuesto por lo que pueda pasar en las noches de verano. En una de esas celebraciones con las sandalias preparadas y el vestido de tul sobre la cama de repente tienes que cambiar tu atuendo y vestirte de una forma distinta, sin embargo, cuando por la noche llegas a casa y ves lo que no te has llegado a poner comprendes que has estado más cómoda con la segunda opción, agradeciendo que el agua en este caso truncase tu idea. Ese mismo vestido llegará un día en el que te lo pongas y te hará sentir como la princesa del cuento.

Las fotos guardadas en un ordenador hacen como un investigador privado, es cierto que únicamente se guardan fotos de momentos felices y cuando pasados unos años revives los recuerdos que te enseñan las imágenes lo que sientes es cómo estabas esos días. Es un filtro infalible, la foto te muestra la que eras ese día y hoy tus ojos ven la que no aparece en la foto, la que está detrás viendo como las nubes van a mojar la seda del vestido.

Y es curioso, ese momento en el que ves la foto y recuerdas perfectamente ese instante y sabes que pese a todo no quieres volver allí. Miles de horas han pasado, ahora llegando a tu nueva rutina no comprendes que en su día no te dieses cuenta del disfraz que te cubría.

Admiras a las personas que saben posar en las fotos, admiras que puedan mostrar la misma cara con la que te sonríen cuando te ven por la calle ¿sentirán también ellos que son distintos de lo que tú ves en su foto? A toro pasado todos somos muy listos, en el momento que estás viviendo tomas lo que alcanzas y con ellos construyes tu escenario. La película puede tener final feliz o ser una tragedia, también puede ser un capitulo anodino de una larga serie. Nadie puede quejarse si cuando se toma la foto aparece movido, las nuevas cámaras permiten repetir una y otra vez la foto hasta que sale perfecta, no es así en la vida real, si sales borroso ese será tu recuerdo para el futuro. Quizás cuando en el álbum de fotos la vuelvas a ver solo recuerdes lo mucho que reías.

Una imagen plana ¿Cómo puede crear semejante tsunami? Y lo mejor de todo es que sabes que va a venir, no tienes ni idea de la hora y no sabes si podrás esconderte a tiempo, pero sabes que va a golpear porque el trueno vibra unos segundos después de que la luz te ciegue.

No hiciste caso al instinto ancestral que anuncia a los animales que deben de buscar refugio, estabas admirada por el brillo pese a que sabías que a la Cenicienta le molestaba el zapato de cristal. Ese ha sido tu error, pensar lo que estaba mal era ser ratón y creer que el hada madrina haría de tu calabaza un Audi. El ratón tiene que esconderse del gato pérfido y huraño.

Y sigues mirando fotos, pero no dejas de sentir el oleaje enfurecido que ha roto el dique, el agua reclama su sitio, mañana volverá a estar calmada como un espejo y será plata bruñida pero hoy no, hoy es piedras y barro, agua oscura y fría. ¿Qué has estado haciendo? No entendías lo que se te está diciendo. Ponte a salvo y confía, ahí no es tu sitio, tu sitio es arriba. No sales en la foto, no. Ese no es tu escenario, no es tu disfraz, no son tus zapatos. Esas miles de horas que has pasado aprendiendo unos diálogos que no podrás nunca memorizar porque no son tu idioma. Coge tu calabaza y sube. Tienes el instinto, déjate guiar por él. Busca tu madriguera y deja pasar la tormenta, el agua limpiará las alcantarillas. Saldrás, con tus zapatillas, y el sol y el aire limpio secarán tu ropa.

Estarás preciosa vestida de ti.

2 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Post: Blog2_Post
bottom of page